Con el Director del Centro de Rehabilitación Oral e Implantología (Crai) y docente de la Facultad de Odontología, Dr Jorge Jofré, como su primer presidente, se constituyó en la UdeC la filial Concepción de la Sociedad de Implantología Oral de Chile (Sioch).

La conformación de la representación regional del organismo -la segunda en el país- se realizó en el marco del Primer Seminario de Escuelas de Implantología Oral, que reunió en la UdeC a las casas de estudio que imparten programas de especialidad en el área.

“Esta iniciativa surgió por una proposición de la directiva nacional para que nosotros (el Crai) lideremos la filial regional, y nuestra idea era incluir a todas las escuelas, porque así podemos mejorar la especialidad, mejorar el nivel de atención y, sobre todo, las técnicas y procedimientos que van en beneficio directo de las personas”, comentó el Dr. Jofré.

En la oportunidad, alumnos de distintos programas presentaron casos clínicos abordados en su especialización, exposiciones que sirvieron como requisito de ingreso a la Sociedad.

“Antes había que hacerlo en Santiago y desde ahora se podrá hacer acá”, dijo el presidente de la filial, asimismo destacó que en estos trabajos fue posible observar distintos enfoques y conceptos en el abordaje de los problemas de los pacientes.

El Presidente de la Soich, Alfredo Von Martten, expresó su satisfacción por este nuevo hito para la especialidad que “es una de las más jóvenes de la odontología”. De hecho, recordó, que recién se están cumpliendo dos décadas del reconocimiento legal de la especialidad por parte del Estado.

“Tener una filial en Concepción es realmente una maravilla y eso nos va permitir entregar cursos a la comunidad, para lograr un mejor tratamiento de nuestros pacientes”, indicó Martten, quien dio cuenta de los importantes retos de esta especialidad que consiste en reconstruir las raíces dentales para restablecer los dientes que se han perdido.

“En este momento, en Chile, el 33.8% de los adultos mayores de 65 años son desdentados totales; el resto tiene siete dientes o menos y solo el 0.8% tiene su dentadura casi completa. Entonces los desafíos son enormes, porque estamos hablando de inválidos orales, personas que no pueden sonreír, para quienes es difícil trabajar o cantar. En estos pacientes el componente afectivo y social se ve muy deteriorado, y cuando son rehabilitados vuelven a reinsertarse en la sociedad con mucha alegría”, señaló.